La iluminación LED ha revolucionado el mercado gracias a su eficiencia, tamaño, resistencia y potencia pero aún existen 7 falsos mitos acerca de ella, aquí te vamos a demostrar con datos la realidad sobre la iluminación LED:
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1. La iluminación es muy cara
Está claro que el precio inicial de una lámpara LED es mayor que el de una convencional, eso es indiscutible, pero en esta ecuación debería estar presente otros factores antes de dar el veredicto final. La larga vida de las lámparas LED y su gran capacidad de ahorro energético hacen de las LED la opción más rentable a medio-largo plazo.
Las bombillas LED utilizan un 80-90% menos de energía que una bombilla incandescente tradicional, durando también 20 veces más. En menos de un año, habrás recuperado la inversión realizada.
Aquí puedes ver una serie de casos prácticos de amortización de iluminación LED
2. Iluminación pobre e incómoda
Cierto es que los primeros LED daban una luz azulada y de tonalidad demasiado fría e incómoda para determinadas atmósferas. A día de hoy la iluminación Led cuenta con una amplia gama de temperaturas de color desde el blanco más frío (6000k) hasta el más blanco cálido (2700K). También existen modelos LED en el mercado con la posibilidad de poder mutar entre luz cálida y fría, los llamados Duales. Con la iluminación led se puede emitir luz a una determinada frecuencia, cosa que es imposible con la luces convencionales.
La capacidad de una la luminaria de representar fielmente los colores se llama Rendimiento cromático (CRI) y se toma la luz natural (el sol) como la fuente de luz que más fielmente representa los colores teniendo CRI de 100. Los primeros LED que salieron al mercado proyectaban luz con un CRI muy pobre, pero actualmente las luminarias Led de calidad tienen rendimientos cromáticos de 90, similares a las tecnologías tradicionales.
3. Los Led duran para siempre
Como ya hemos visto antes las lámparas LED duran mucho más tiempo que una lámpara convencional y además son más resistentes a los golpes. Pero, como toda fuente de luz, se desvanecen con el tiempo, se van apagando con el tiempo (hasta el sol se va apagando poco a poco). En este punto es donde queda patente la calidad de fabricación de la bombilla. Si la calidad de la luminaria no es óptima, su decoloración de la luz podría comenzar incluso en su primer año de uso.
4. A más Vatios más iluminación
Antes la potencia de una lámpara determinaba su luminosidad, pero desde la llegada del LED debemos buscar la cantidad de lúmenes para determinar su iluminación. Un LED requiere menos potencia para producir la misma cantidad de lúmenes que una lámpara tradicional. Aquí nuevamente la calidad del LED determinante: dos lámparas LED de idéntico consumo pueden tener rendimientos diferentes. Al comprar lámparas led, compre por lúmenes y no por vatios.
Ver tabla de equivalencias led
5. Los Leds no generan calor
Los LEDS emiten calor, pero mucho menos que las bombillas tradicionales. Además no irradian calor infrarrojo, ni emite radiación UV. Emiten en la frecuencia de luz que están fabricados, otro de los motivos por los que emiten menos calor.
6. Los Led no trabajan bien en temperaturas frías
Un mito completamente falso. En realidad pueden llegar a ser incluso mucho más eficientes y tener una vida útil mayor, lo que les hace ideales para utilizar tanto en exteriores, como en almacenes frigoríficos o lugares en los que el frío sea el mayor problema. Lo que si tienes que tener en cuenta, si se trata o no de ambientes húmedos, en ese caso hacen falta led con protección al menos IP65.
7. Los Led no son regulables
El LED sí se puede regular y controlar, pero no todas las luminarias LED están diseñadas para ser reguladas. Cada vez hay más productos LED preparados para ser regulables ayudándonos a crear ambientes íntimos o vibrantes con una misma lámpara.
Cuando un led no es regulable e intentas regular, verás que al bajas la potencia comienza a parpadear muy rápidamente y muy molesto para los ojos.