El lacado de puertas en blanco ha marcado un antes y un después en términos de decoración, dejando claro que existen tendencias que se imponen. Además de dar elegancia, las piezas lacadas en este color armonizan a la medida con cualquier clase de suelos, aspecto que las coloca entre las más cotizadas del mercado.
Quienes se animan a lacar puertas en blanco disfrutan de mucho más que buena estética. A los impecables acabados se suman los beneficios que supone el procedimiento en sí; las piezas adquieren mayor nivel de resistencia sin renunciar a una superficie suave al tacto, tersa y satinada.A diferencia del barnizado, no existe riesgo de deterioro con el paso de los años, mientras que la limpieza resulta más sencilla y rápida. De forma instantánea, las puertas lacadas en blanco dan nueva vida a los espacios, aportando luminosidad y sensación de amplitud.
Ventajas de las puertas lacadas blancas
En principio, la idea de lacar puertas en blanco en Madrid se relacionaba con el uso de las piezas en los baños o cocinas; sin embargo, su agradable estética y aporte de estilo permite verlas en cualquier estancia del hogar, incluyendo las que forman parte del mobiliario.Aunque sobran razones para elegirlas como opción, existe un par de ventajas importantes ventajas que merecen la pena enfatizar:
Sensación de amplitud y ajuste perfecto a la decoración
De la misma forma que los espejos, lacar puertas y rodapiés en blanco genera sensación de amplitud, el efecto de luminosidad y de espacio extra es inmediato, sin apartar el nivel de claridad, elegancia y sofisticación que adquieren las estancias.Las puertas blancas se adecúan a diferentes estilos. En general, son un acierto en espacios abiertos en los que prevalecen los colores fríos, pero también imponen su encanto en decoraciones marcadas por la madera y tonos tierra, estancias en las que contribuyen a la creación de ambientes más acogedores.
Poco mantenimiento y reparación
Lacar puertas en blanco es olvidarse de tediosos procesos de mantenimiento, la facilidad de limpieza figura entre sus puntos fuertes. Para garantizar la estética del primer día, únicamente hace falta el uso de un poco de agua y jabón neutro al momento de limpiar.Lejos de lo que otros materiales pueden ofrecer, las puertas lacadas admiten las opciones de reparar o restaurar en caso de sufrir algún desperfecto, o simplemente modificar su apariencia por decisión personal, aspecto que encanta a los amantes de la decoración.
Las puertas lacadas en blanco son preciosas y duraderas
Otro punto a favor de lacar las puertas radica en el destacado nivel de resistencia frente a cambios de humedad y temperatura. La aplicación de varias capas de alta densidad elimina la probabilidad de que las piezas sufran grietas o se tornen amarillentas como sucede con el barniz y la pintura respectivamente.La resistencia frente a los golpes es excepcional, asimismo soportan muy bien los arañazos, manteniendo la impecable estética original incluso con el paso de los años.
Versatilidad y larga vida
El lacado de puertas en blanco es un proceso que marca tendencia en el mundo de la decoración, las puertas blancas tienen protagonismo en catálogos, revistas y exposiciones gracias a la simplicidad con la que consiguen aportar luz, diseño y elegancia. Si bien la durabilidad depende en gran medida del tipo de madera utilizado en su fabricación, la calidad tiene mucho que ver con la laca utilizada y el método empleado para rematar los detalles y acabados finales. En este sentido, disfrutar de todas las ventajas requiere acudir a especialistas, aunque la mano de obra profesional incrementa un poco los costes, es sinónimo de perfección, de esta forma, merece la pena invertir con la garantía de obtener piezas de calidad que superan las expectativas.