Uno de los tratamientos dermatológicos que más peso está ganando día a día es la terapia con luces LED. Si estás interesado en tratar tu piel pero no sabes qué método te viene mejor, te invitamos a que te quedes leyendo este post, ya que la terapia con luces LED es una opción muy interesante.
Contenido
En qué consiste la terapia con luces LED
La terapia con luces LED emplea diferentes longitudes de onda para tratar problemas de la piel, como el acné, inflamaciones, etc. Es una técnica cada vez más reconocida a nivel mundial y sus resultados resultan muy positivos para la piel.
Otra de las ventajas que ofrece es que no quema la piel, por lo que el tono de tu tez no es un inconveniente para llevar a cabo esta terapia.
Sin embargo, hay una serie de desventajas que presenta este método:
- Por un lado, es un tratamiento que suele salir bastante caro, así que no está al alcance del bolsillo de todo el mundo.
- Además, no garantiza unos resultados efectivos en el 100% de los casos.
- Por último, aquellas personas que tengan algún trastorno activo en la piel o estén tomando algún tratamiento dermatológico, esta terapia puede resultar peligrosa para su salud.
Consulta antes de hacerte la terapia a tu médico o dermatólogo, por si pudiera haber algún problema que implica un factor de riesgo para tu salud.
Cómo funciona esta terapia
Este tratamiento cuenta con una base histórica reciente. La marina de EE.UU. fue pionera en su uso, puesto que utilizaban esta terapia para reparar o regenerar algunos daños o problemas musculares.
Desde entonces, este método empezó a calar en clínicas dermatológicas a escala global y es una de las alternativas que cada vez se lleva más a cabo.
La terapia de luces LED utiliza las diferentes longitudes de onda, entre la roja y la azul, que no son dañinas para la piel, con el fin de curar o tratar algún problema, como el acné. Las longitudes de onda a las que resulta peligroso estar expuesto, como la ultravioleta, no están incluidas en este tratamiento.
Luz roja
La luz roja es la que se emplea directamente en la epidermis. Cuando los rayos de esta longitud de onda inciden sobre la piel, la epidermis los absorbe y se estimulan por lo tanto las proteínas de colágeno.
El colágeno es el encargado de que la piel luzca más joven y brillante, disminuyendo la aparición de arrugas. Lo que se logra en este caso es conseguir un aspecto más sano y joven.
Terapia con Infrarojos
Algunos dispositivos utilizan luz infrarroja para penetrar más profundamente en la piel y pueden ser beneficiosos para tratar problemas como la hiperpigmentación y el enrojecimiento.
Luz azul
En el caso de la luz azul, su objetivo son las glándulas sebáceas, que se encuentran por debajo de los folículos pilosos.
Las glándulas sebáceas son las encargadas de lubricar la piel y el pelo, evitando así que no se sequen. Sin embargo, muchas veces estas glándulas se sobreestimulan y provocan piel grasienta y acné.
Aquí es donde entra en juego la luz azul. La longitud de onda que comprende lo que llamamos comúnmente como color azul, se utiliza en esta terapia para bajar el rendimiento de estas glándulas. En otras palabras, si las glándulas están sobreestimuladas, empleando esta luz lo que se consigue es que vuelvan a su actividad normal. Además, en el caso del acné, ayudan positivamente a eliminarlo y acabar con él.
Zonas del cuerpo donde aplicar la terapia
Técnicamente, la terapia con luces LED se puede aplicar en cualquier parte del cuerpo, pero, generalmente, se tratan problemas dermatológicos de la cara. El motivo es que es la parte más expuesta de nuestro cuerpo al mundo exterior, por lo que es la que más daños puede recibir del medio.
Los otros casos menos comunes de uso de este tratamiento son en la espalda y cuello. Por lo general, la aplicación de esta terapia en esas partes se debe a una edad avanzada.
Conclusión
La terapia dermatológica utilizando luces LED es uno de los métodos que más se está empleando. Presenta muchas ventajas, ya que puede ayudar en gran medida a cortar, prevenir y/o curar diversos problemas que pueden presentarse en tu piel, gracias al uso de diversas longitudes de onda.
No obstante, si estás interesado en una sesión de esta terapia, habla previamente con tu dermatólogo para asegurarte que no hay ningún riesgo.